Es ya tan evidente, que el Barça empieza a valorar acudir al mercado: Dani Alves se ha quedado solo como lateral derecho puro y útil para Luis Enrique, con el problema añadido de que el brasileño está lejos de su mejor forma. La falta de competencia para Alves se ha convertido en un obstáculo incluso para las rotaciones que está llevando a cabo el técnico.
Alves empezó su última temporada de contrato como azulgrana con Martín Montoya y el recién fichado Douglas Pereira de teóricos guardaespaldas, pero a la hora de la verdad el concurso de ambos ha sido nulo, en el mejor de los casos.
El partido de Copa en Huesca confirmó esa sensación. De tal forma que el club se está planteando aprovechar la baja de larga duración de Thomas Vermaelen para fichar a otro lateral derecho.
En el Camp Nou están convencidos de que la norma se lo permite, ya que la LFP accede a la sustitución de un lesionado grave para dar de alta a otro jugador.
Decida lo que decida el TAS,el vigente veto de la FIFA que pesa sobre el Barça respecto a la posibilidad de fichar no sería problema, puesto que ese refuerzo pertenecería ‘de facto’ a la ventana del verano anterior, en el que el Barça sí pudo acudir legalmente al mercado. Eso sí, lo que pueda venir ahora sería una solución de urgencia dado que sólo se pueden fichar jugadores en paro o de la liga española.
